mércores, 29 de xullo de 2015

Terrores y no repetir errores

Está siendo horrible, estos días siento mucho la enfermedad, lo suficiente para que el miedo me haya dado un toque en el hombro y al darme la vuelta me haya asustado aún más, veo como la tierra se eleva ligeramente, como si un pequeño tallo fuese a salir de ahí.
Es normal tener miedo, tan normal como inútil en mi caso, por lo que esta vez lo estoy gestionando de otra manera, si es lo que no quiero que sea, es y punto.
Tengo al neurólogo ya avisado, bastante más tiempo tardé en dar el paso la vez anterior.
He dejado de pensar en los síntomas cuando no tengo los síntomas, si hacen mucho ruido los oiré de todas todas, no pienso bajar la música y poner atención para escucharlos.
Me he consentido tener hoy el día de bajón con la promesa de que mañana es otro día y aprovecharé el buen tiempo que viene. Puede que me gane hoy una batalla, pero esta guerra es muy larga y no pienso perder la ventaja que le llevo.
No se puede huir de los problemas, menos de los que habitan dentro de ti, pero muchas veces si no les haces todo el caso que quieren son ellos los que se marchan.

domingo, 26 de xullo de 2015

De la pesadilla al sueño

Galicia se está dedicando a alternar días de calor en los que te sientes un pollo asado girando empalado con días de frío y nublados; lo que en mi cuerpo se traduce como que todos son malos.
Esta mañana al levantarme he notado el entumecimiento de las rodillas y las 9 horas de sueño parecían 3. Apetecía salir de la cama y tirarse en el sofá, pero una vez más mis ganas de hacer cosas rompieron la cuerda con la que la EM pretendía amarrarme.
Volví al sitio donde hace más o menos un año todo comenzaba, Monteferro.
El paseo por el que 12 meses atrás mi padre me tenía que dar la mano para superar los desniveles creados por raíces y piedras hoy parecía un camino de baldosas amarillas aún teniendo las piernas bastante bobas.
Estaba cansada y sin embargo he vuelto llena de energía tras ver que sigo siendo la que manda. El lugar donde comenzó la pesadilla (allí mismo fue donde mi señor padre me sugirió-obligó a ir al médico) hoy ha vuelto a ser un dulce sueño con olor a eucalipto que me ha enchido de orgullo al demostrarme que si quiero, poniéndole ganas, puedo.
Agradecer a esas personas que tal vez no canten bien, ni sean capaces de regatear a un defensa pero se han convertido en auténticos ídolos y ejemplos a imitar por el hecho de levantarse cada mañana con ganas de comerse el mundo y conseguir devorarlo, ya sea corriendo, nadando, caminando o barriendo su casa; cada uno tiene sus límites pero siempre luchan por cruzarlos.

xoves, 16 de xullo de 2015

Siempre contigo

La perfecta sintonía de estar donde, cuando y con quien quieres.
No siempre sucede, tienes cosas que hacer en algún sitio que no te gusta o a esa hora tienes obligaciones, pero hay alguien que siempre estará contigo, tú mismo.
Eres esa persona que te entiende perfectamente, que sabe qué y cómo sientes en todo momento, que no se irá en los reveses y gozará contigo los buenos momentos, que te recordará los segundos y te secará las lágrimas en los primeros.
Hay que quererse, hay que gustarse, hay que ser conscientes de todo lo que hacemos por nosotros mismos e incluso valorar como algo positivo lo que muchas veces hacemos por los demás (personalmente siempre me gustó la gente solidaria, por eso me gusto cada vez que hago una buena acción)
Apreciarme y valorarme es otra de esas cosas que me dio la enfermedad, y hay que ver lo bien que sienta.
Aunque esto pueda sonar vanidoso, reconozco que soy una persona a la que admiraría, o que por lo menos valoraría como se merece el esfuerzo que hace por nadar a contracorriente.
Logro sonreír en momentos dignos de llanto, saco valor de debajo de las piedras si hace falta y no tiro la toalla en la pelea por normalizar mi vida. Me siento orgullosa de mí misma, sensación indescriptible para mí hasta 2014.
Es por eso que cuando tengo un día "ploff" pienso en quién y cómo soy, y me alegra tenerme a mi lado, porque (pese a todos los que me rodean y ayudan) realmente seré la que me dé el empujoncito final para alegrar ese día.
Pocas son las cosas que mejoran estar en sintonía con uno mismo, y aunque para muchos sea algo que parece muy distante (algunos cogen un atajo y aún se pasan 40 pueblos) es un lugar al que hay que llegar sea como sea para estar siempre con quien queremos estar.
El consejo que doy para esto es que "lo hermoso del desierto es que en algún lugar esconde un pozo" por eso debemos buscarlo, y con lo bien que nos conocemos no ha de ser difícil de encontrar.

xoves, 9 de xullo de 2015

Estrellas que saben reír

La enfermedad es mía, yo la padezco, yo noto el cansancio, es a mí a quien le duelen los ojos, son mis piernas las que flaquean, es mi equilibrio el que falla, son mis fuerzas las que se desvanecen a lo largo del día, es mi brazo izquierdo la pista por la que de se celebra una maratón de hormigas, es mi mente la que se espesa; pero no la sufro yo sola y me arriesgaría a decir que no soy la que más la sufre.
Sé que hay personas más preocupadas por mi examen de esta tarde que yo misma, que celebra cada buena noticia como las recuperaciones de los brotes o los "hoy estoy genial" como si fuesen ellos quienes están bien, que aunque sea indirectamente a través de lo que escribo en el blog se reconforten viendo que soy la optimista payasa de siempre pero más fuerte; gente que se levantó de la silla para que yo me sentara, que me tendió la mano en escaleras sin barandilla, que me dijo: "deja que te lo hago yo" en algún momento de debilidad, que tal vez pasado mucho tiempo tras deducir que algo pasaba se preocupó y me preguntó que qué tal estaba.
Y con esas personas, con vosotros, estoy en deuda, letras que voy e iré abonando religiosamente siendo yo misma, que al fin y al cabo es lo que llevó a que suceda lo mentado en el párrafo anterior.
Sois los que me dieron fuerzas en los malos momentos, los que me recordaron que vale la pena luchar, los que me impidieron tirar la toalla, los que me ayudarán a levantarme si me caigo (con EM esto es literal y metafórico).
Somos como somos por las personas con quien estamos, compartimos alegrías y penas, por lo que para ser agradecidos en los momentos de repartir lo segundo debemos pelear para entregarles mucho de lo primero.
Siempre nos anima ver que alguien que nos importa está feliz; si esa persona viviese en una estrella, cada vez que se riera sería como si todas las estrellas se estuviesen riendo, todos poseemos estrellas que saben reír y por eso todos debemos reírnos en alguna para alegrar los cielos de los demás

mércores, 1 de xullo de 2015

Paradas en el camino

El optimismo en algunos casos no es un estado voluntario, de no ser optimista hoy por hoy mi vida consistiría en 16 horas de sofá y 8 de cama al día, de las cuales me pasaría más de la mitad llorando.
Lo que tenga que pasar en un futuro, pasará, sea negro o multicolor, pero que su oscuridad no te ensombrezca los pasos. Vivir constantemente pensando en el futuro es como andar con la vista al frente, nos perdemos un camino lleno de cosas preciosas por el que pasear y poder pararse en cada una de ellas, disfrutarlas; peor todavía si nos dirigimos hacia algo que no nos gusta nada y que incluso tememos, ya no será que nos perdamos el sendero, sino que lo tendremos que hacer en penumbra.
No sé cómo va a ser mi 2020, nadie sabe cómo será el suyo, puedo ponerme en lo peor y esperar angustiada a que llegue algo que no deseo y que resulte que en esa fecha nada haya cambiado, el balance me sale a 4 años y medio de preocupación constante, vivir todo ese tiempo como en la sala de espera del dentista.
Soy optimista porque tengo que serlo, porque me hace apreciar más cada parada que hago, porque me gusta cada uno de los pasos que doy, porque aún el día de más fatiga de la historia este camino no me cansa.
Es tanto lo que me queda por pasear que no pienso hacerlo por la sombra, donde aún encima es más fácil tropezar en los obstáculos.